domingo, 25 de septiembre de 2011

Hasta lo más alto del Mingoliva



Ayer sábado nos dimos una buena. La idea era llegar a lo más alto del Mingoliva. Ya había llegado desde Alcázar el año pasado, incluso pasando a la ida y  a la vuelta por la emisora de TV de Herencia (entrenando para el Soplao). Me había quedado con las ganas de llegar a lo más alto, ya que las rutas que me bajé del wiki, no subían hasta allí.
El caso es que nos pusimos en marcha a las 8, como siempre. Todos equipados, salvo JJ Parra y Bauti. Hasta Herencia fuimos calentando suaves, pero ya en la Sevillana la cosa se puso calentita, el terreno lo propicia. Las pulsaciones fueron subiendo y poco a poco entramos en calor. ¡Y tanto!, como que ya sobraba la ropa de abrigo que nos habíamos echado por la mañana.
Pasamos Puerto Lápice y ponemos rumbo oeste. De nuevo el terreno se hace duro, bastante piedra, y el ritmo no desciende, son todos unos máquinas. Tras pasar la valla de rigor, se inicia la subida, tendida, sin grandes porcentajes, con algo de piedra, pero muy ciclable. El ritmo sigue sin descender.

Y ahora ese último repecho, hasta llegar al vértice geodésico allá en lo alto. La pendiente ahora sí se hace importante, pero lo peor es la piedra, mucha y gorda, las ruedas no agarran y con el empuje la bici se encabrita y desvía. Hay que darse prisa y pericia para desengancharse rápido y no ir al suelo. Vamos cayendo todos, unos antes y otros después, la dureza del terreno impone su ley.

Arriba, las foto de rigor, las charlas y el mejor de los ratos, con el esfuerzo ya hecho.

Pero queda la vuelta, con el aire a favor, eso sí. Decidimos acortar por el carreteril de la autovía, pero eso no quita que cuando lleguen las pendientes, demos los últimos apretones ...testosterona manda, eso es así y así será siempre.

A la llegada estamos cansados, el esfuerzo ha sido grande. Toca reponer fuerzas y descansar, que otras batallas nos esperan ...



 









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